El sentido del olfato de un perro está 100.000 veces más desarrollado que el del ser humano, según estudios científicos. Esto les hace animales especialmente sensibles a olores que nosotros, como seres humanos, apenas identificamos. Es decir, esta sensibilidad extrema también les hace percibir un mundo lleno de olores especiales y matices con los que el perro crea su propio universo.
Es por ello que los perros policía están tan bien entrenados: esa capacidad de tener un sentido tan desarrollado les facilita identificar elementos escondidos simplemente por su olor. Además, el hecho de que su olfato sea 100.000 veces más desarrollado que el del ser humano compensa su falta de visión. Y es que los perros no gozan de una vista aguda. Simplemente se valen de su olfato para procesar la información del entorno y reconocer qué es y dónde está todo aquello que les envuelve. A través del olor pueden identificar objetos, elementos, personas, perros.. algo que, generalmente, las personas realizamos con la vista. Los perros consiguen este talento tan especial gracias a la particular anatomía de su nariz. Ésta tiene dos rutas distintas: con una consiguen respirar para sobrevivir y con la otra pueden oler e identificar los olores a través de las partículas que viajan por el aire inhalando y exhalando aire cinco/seis veces por segundo.
Los seres humanos nos creamos un universo de sensaciones a través de los 5 sentidos. Con ellos llegamos a un compendio de conclusiones para entender el mundo e identificar elementos. A través del olfato no podemos ser tan ambiciosos, ya que un humano sólo tiene cinco millones de receptores olfativos, frente a los del perro , que cuenta con cientos de millones.
Estos receptores envían la información a una parte de su cerebro y hace que los olores se procesen y se memoricen. Por eso el perro crea su mundo a través de los olores y, una vez ha olido a una persona, ya no se olvidará de ella.